Desde el primer momento el pintor se propuso conservar el ambiente sagrado propicio a la contemplación y la meditación silenciosa de este templo consagrado por los siglos. Y ya en el primer momento el artista decidió que el tema principal de su intervención en aquel espacio tenía que ser su serie Holly, que en 2004 había instalado en la Kunstverein, en Aichach.
Este conjunto consiste en una interpretación personal de las catorce estaciones del vía crucis que había pintado en memoria de su madre, Ivy, poco después de que muriera. Rememorando vivencias indelebles de su infancia, Scully se vio a sí mismo, cuando solo tenía seis años, mirando asustado las estaciones del vía crucis en la pequeña iglesia de Highbury, mientras una fuerte tormenta de granizo retumbaba sobre el tejado. La serie Holly de 2004 se dispersó después de la exposición en Aichach, pero Scully la ha recreado, diferente pero igualmente intensa, para esta instalación definitiva en Montserrat con el nombre Holly-Stationes.
La intervención de Sean Scully en Santa Cecilia de Montserrat fue creciendo con el paso del tiempo. En 2012, inmediatamente después de la serie Holly, el artista pintó Cecilia, obra en la que quiso reflejar el alma de la titular de la iglesia: la feminidad, la música, el amor y el arte. Presenta una tonalidad y una composición singulares dentro del conjunto: una gama cromática más viva y alegre y un encaje compositivo más complejo y artificioso. Scully hace otra aproximación al mismo tema en su segunda Cecilia (Landline Cecilia), de 2015, en la que predominan los azules y un cálido rojizo que sugieren el espíritu sereno y animoso de la heroína. El tríptico que lleva el nombre de Doric Nyx (2013) remite visualmente a Holly y se distingue por la austeridad fuerte y profunda de su cromatismo, que hace pensar en un carácter equilibrado y viril. I aún otro tríptico más pequeño, Sin título (2014), es una melodía armónica de azules muy distintos que se combinan suavemente y producen un efecto dulce y ensoñador. En todos los casos la técnica usada es óleo sobre aluminio o sobre cobre, y algunas de las piezas son realmente imponentes, de grandes dimensiones. La última pintura que el artista ha incorporado al conjunto es un óleo sobre tela titulado Barcelona Wall of Light Pink (2013).
La aportación artística de Sean Scully se complementa asimismo con ocho vidrieras de distintos colores (rojo de color vino, ocre de color oro, azul de color mar) que cierran las ocho troneras de la iglesia. Son tres colores muy habituales en la pintura de Sean Scully. El artista ha diseñado vitrales y ha comprobado con plena satisfacción el efecto de sus colores preferidos cuando son atravesados por la luz natural y obtienen espontáneamente unas irisaciones que la pintura no puede conseguir; es como si con la luz variante en el transcurso del día cobrasen vida propia.
Por primera vez en toda su larga carrera pictórica, Sean Scully ha pintado tres frescos en la iglesia de Santa Cecilia, siguiendo fidelísimamente esta técnica milenaria. Son tres composiciones de estratos y barras –muy del estilo Scully–, intervenciones de pequeñas dimensiones que aportan calidez y contrastan con las piezas de gran tamaño que llenan las paredes del templo.
Finalmente, Scully sorprende también con tres preciosas cruces de cristal para el altar y los muros laterales, además de un trasaltar de vidrios de colores y cuatro candelabros. En conjunto, es una sinfonía artística que va a maravillar a todos los que vean la nueva iglesia de Santa Cecilia.
Fotos: © Raül Maigí / Museu de Montserrat